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Luis César Sampedro abandona el Lugo

por Lugoslavia 16 junio, 2017
Tiempo de lectura: 3 minutos

Minutos antes de las 9 de la noche saltó la sorpresa en la ciudad de la Muralla. Lo anticipó Marta de Dios en La Voz de Galicia, e instantes después lo confirmó el Lugo mediante un comunicado. Luis César decidió declinar la oferta de renovación que el club le puso encima de la mesa, y los esfuerzos por retenerle (con aumento de salario incluido) no le hicieron cambiar de opinión. Un movimiento que nos pilló a todos por sorpresa tras las declaraciones del presidente, que daba por segura su continuidad, y especialmente tras la contratación de Víctor Moreno para el cargo de director deportivo, mano derecha de Luis César en Albacete y movimiento que sin duda parecía encaminado a establecer una complicidad entre cargos que asegurase un proyecto a medio y largo plazo para la entidad “albivermella”.

A partir de ese momento, las especulaciones, algunas más fundadas que otras, se sucedieron. La más repetida colocaba al de Vilagarcía como inquilino del banquillo del Real Valladolid. Según comentó Pedro Pablo Alonso en Galicia en Goles, la oferta pucelana habría seducido a Luis César lo suficiente como para deshacer el principio de acuerdo que mantenía con el Lugo y aceptar marcharse a orillas del Pisuerga. Sus palabras apuntaban a una voluntad directa del presidente pucelano Carlos Suárez para contratar al gallego, descartando por tanto la posibilidad de que fuese Emilio de Dios quien, una vez obtenido el puesto de director deportivo blanquivioleta, apostase por Luis César por segunda temporada consecutiva. De hecho, las últimas informaciones sugieren que sería Miguel Ángel Gómez, quien llevaba años trabajando en Sevilla al lado de Monchi, el elegido para el puesto en lugar de Emilio de Dios.

También fueron varios los rumores que apuntaron a una mala relación entre vestuario y entrenador como principal motivo de la ruptura profesional. Según estos últimos, voces autorizadas dentro de la plantilla lucense habrían mostrado a altas instancias del club sus desencuentros con el ex preparador del Albacete, lo que daría sentido a las respuestas evasivas de Luis César en las últimas ruedas de prensa al ser preguntado sobre su continuidad en el Anxo Carro.

Toda vez que el banquillo lucense se quedó huérfano, empezaron a desfilar nombres de posibles sustitutos. Fernando Vázquez (siempre Fernando Vázquez), el “Pitu” Abelardo, David Vidal o incluso José Durán fueron algunos de los que se barajaron, aunque el que parecía tener más visos de realidad, por varios motivos, era el de José Manuel Aira. Entrenador joven, que conoce la casa y que acredita unos buenos resultados en su breve pero fructífera etapa como técnico principal. Además, Aira llegó a Albacete, club en el que milita actualmente, de la mano de Víctor Moreno, ahora director deportivo del Lugo. Aunque varias piezas del puzzle encajan, existen dos principales inconvenientes. En primer lugar, el Albacete se encuentra inmerso en la final por el play-off de ascenso a Segunda División, en la que se medirá al Valencia Mestalla, por lo que es evidente que habría que esperar al término de la eliminatoria para poder entablar negociaciones con el de Ponferrada, y lo que el Lugo no puede sacrificar en estos momentos es, precisamente, tiempo. En segundo lugar, en caso de producirse el ansiado ascenso, el contrato de Aira quedaría renovado automáticamente, por lo que habría que enfangarse en una negociación a tres bandas y sin duda la empresa se volvería mucho más complicada.

A día de hoy, lo único que parece claro es que Luis César no seguirá al frente de la nave rojiblanca. A un sentimiento inicial de sorpresa le siguió una cierta desilusión en un amplio sector de la afición, pero todo el mundo comprende que cada cual está en su perfecto derecho de buscarse el camino, tanto vital como profesional, que más atractivo le resulte. Llega el momento de especular, de cruzar los dedos para que llegue el entrenador que nos gusta a nosotros o de rezar para que no lo haga aquel cuyos métodos nos parecen un rotundo fracaso pero, reconozcámoslo, qué bien nos lo vamos a pasar las próximas semanas. ¿Quién dijo que el verano era aburrido?

 

 

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1 Comment

Juan 27 junio, 2017 at 12:26

Seguro q el lugo sale ganando, primero hay q ser persona para ser luego entrenador.

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