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Lo que hay y lo que falta

por Ramón Rivas 20 junio, 2017

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El sorpresivo movimiento de Luis César a finales de la semana pasada, además de conmocionar la actualidad lucense, ha añadido un importante problema a la entidad rojiblanca, problema con el que seguramente no se contaba ni desde las altas instancias del club ni tampoco desde la dirección deportiva, ahora encabezada por Víctor Moreno.

El ya ex del Albacete afrontará un verano decisivo a las pocas semanas de aterrizar en la ciudad de la Muralla, y es que pocas veces el Lugo ha necesitado una remodelación tan completa y un número de incorporaciones tan alto de cara a afrontar con garantías la próxima temporada.

La marcha de algún jugador cedido, la no renovación de otros que venían siendo pilares importantes dentro del vestuario, el decepcionante rendimiento de todos los futbolistas que han salido a préstamo excepto Mario Barco y alguna que otra rescisión de contrato (la de Maxi Rolón se ha comunicado, la de Enguene se presupone), dejan un escenario con, en principio, tan sólo 14 futbolistas con ficha del primer equipo de cara al próximo curso. Resulta evidente que la reconstrucción deberá ser profunda.

Portería

Tras la marcha de José Juan, que acabó en Elche, Roberto se presenta como la principal garantía bajo palos. El buen rendimiento del chantadino en la segunda mitad de la recién acabada temporada le ha permitido mostrar su verdadero nivel en la portería, algo que no había conseguido en su primera campaña en Lugo, y de momento transmite buenas sensaciones como garantía con vistas al próximo curso, en el que expirará su vinculación con el club. Sin embargo, las dudas se centran en quién será su competencia durante los próximos meses.

Pablo Cacharrón es, sin lugar a dudas, uno de los diamantes de la cantera del Lugo. Portero con envergadura, solvente en el juego aéreo, ágil bajo palos y con mucha técnica a la hora de salir jugando con el pie. Sin embargo, a pesar de que acumula muchísimos entrenamientos y alguna que otra convocatoria con el primer equipo, viene de jugar en Preferente (categoría que se le queda muy pequeña), y existen razonables dudas sobre si estaría ya preparado, a estas alturas, para rendir a buen nivel en el fútbol profesional. Es por ello que el futuro a corto plazo de Cacharrón debería fluctuar entre dos alternativas. La primera, depositar en él plena confianza, darle ficha del primer equipo e intentar que continúe con su crecimiento al lado de un veterano curtido en mil batallas como Roberto, ir dándole entrada progresivamente en las alineaciones y asegurarse así un buen guardameta, criado en la casa, y que podría defender la portería del Lugo por muchos años. La otra alternativa del club sería buscarle una cesión a un equipo de Segunda B que le pueda asegurar minutos y asentarse como titular en una categoría tan cercana al fútbol profesional, lo que sin duda sería un buen examen a su rendimiento y posibilidades futuras. Todo lo que sea ver a Pablo Cacharrón la próxima temporada alguna división por debajo de la categoría de bronce del fútbol español habría que asumirlo como un claro error de gestión por parte del club y de la secretaría técnica en particular.

Resulta evidente que en caso de ceder al canterano habría que incorporar a otro guardameta a la disciplina del club, aunque de momento no han sonado grandes nombres y no parece que vaya a ser la posición donde el Lugo invierta una mayor cantidad de dinero.

Defensa

La retaguardia es siempre una de las zonas más sensibles de un equipo, y sobre la que empezar a poner los cimientos de un conjunto sólido y solvente. Cuando ese equipo es el Lugo, que en los últimos años viene pidiendo a sus defensores altas cotas de responsabilidad en la salida de balón y situar la línea a muchos metros de distancia de la portería, esa sensibilidad aumenta todavía más.

A expensas de lo que ocurra con la renovación de Manu y los cantos de sirena que le llegan desde Inglaterra a Marcelo Djaló, tras las bajas en defensa habrá que incorporar, como mínimo, a dos centrales y un lateral derecho. Para este último puesto ya ha sonado fuerte un nombre, el de Fede Vega, lo que nos da buena idea de cuánto vamos a echar de menos a Jordi Calavera recorriendo la banda del Anxo Carro. Fede Vega es un futbolista joven, salido de una gran cantera y con proyección, con buen físico, sólido atrás y capaz de aguantar con fuelle los 90 minutos de un partido. Se asemeja bastante a Leuko, pero está lejos de poder ofrecer las soluciones imaginativas en ataque de Jordi Calavera, las superioridades que creaba el catalán y esas diagonales mortales en incorporación que tantos dolores de cabeza causaban a las defensas rivales.

Mejor cubierta parece la otra banda, la izquierda. La opción de compra ejercida por el club sobre Vasyl Kravets (se comenta que cercana a los 200.000 €) supone una buena operación de presente y futuro sobre un lateral del que ya hablamos en su día, y que ha confirmado las buenas expectativas que había puestas en él. Contundente en defensa, profundo en ataque y con capacidad de meter buenos centros, ya sea a balón parado o en movimiento. A priori parece que será difícil sacarle de la titularidad, y en caso de que el club no llegue a un acuerdo con Manu para renovar su contrato, desde Cádiz apuntan a un posible interés en Luis Ruiz, e incluso se podría aprovechar la polivalencia de Leuko para situarlo a pierna cambiada como solución de emergencia, posición que ya no le será demasiado extraña tras ocuparla durante buena parte de la temporada recién concluida.

Kravets se ha afianzado en el lateral izquierdo.

En el centro de la zaga, la sorprendente no continuidad de Carlos Hernández (parece que hay una llamada del Zaragoza) y las posibles ofertas que pueda recibir Marcelo obligarán a Víctor Moreno a emplearse a fondo para cubrir una posición clave, y con la que en principio se contaba casi cubierta al tener a tres defensores de buen nivel, que habían rotado durante la temporada y siempre con un rendimiento por encima de lo aceptable. A pesar de todo, la buena noticia es que no parece que Ignasi Miquel se vaya a mover de Lugo. A mi modo de ver, y evidentemente a expensas del modelo de juego que quiera implantar el técnico que llegue a Lugo, es el mejor defensor central de la plantilla. A pesar de que por sus condiciones físicas sufre en el uno contra uno ante jugadores habilidosos, es un futbolista que domina a la perfección el concepto de la anticipación, tiene la valentía y el talento necesarios para asegurar una depuradísima salida de balón y posee un gran poderío en el juego aéreo, ya sea en tareas propiamente defensivas o incorporándose al ataque en acciones de pelota parada.

Centro del campo

Pasan los años, y Pita y Seoane vuelven a aparecer como referencias principales en la parcela central. Repartiéndose funciones, como siempre. Si bien es cierto que el coruñés ha tenido una participación más secundaria en los últimos meses de competición, su visión periférica se antoja de nuevo fundamental para el juego con balón de un Lugo que se siente huérfano sin el que ha sido su timonel durante las últimas siete temporadas. Lo razonable sería que, debido a una lógica decadencia física, su rol se fuese adaptando al de especialista en determinados contextos de partido, para entrar en segundas partes en las que el equipo necesite defenderse con el balón y bajar las pulsaciones o bien esté llegando con claridad al área rival pero precise de ese toque extra, ese pase diferente que ordene todo el ataque para buscar con más claridad el arco rival.

Seoane, sin embargo, manifiesta resentirse menos del paso de los años, y aunque no viene de firmar su mejor campaña vistiendo la rojiblanca, parece claro que volverá a partir como titular indiscutible en el primer partido de la temporada 2017/18. Veremos cómo se suceden los acontecimientos, porque a día de hoy no parece nada claro que, a diferencia de las últimas veces, el equipo vaya a contratar a alguien que por posición y condiciones pueda hacerle sombra al santiagués. Todo indica que, en vista de su buen nivel, los destellos que nos ha dejado y el crecimiento que ha experimentado desde su llegada a Lugo, el zaragozano Sergio Gil será su pareja habitual, al menos de partida, en la mayoría de alineaciones que presente este nuevo Lugo que está por venir.

Ataque

Será, inevitablemente, la línea que marcará los designios del Lugo 17/18 y en la que el club deberá realizar una mayor inversión, especialmente en una delantera que a día de hoy solamente cuenta con el retornado Mario Barco. Sin embargo, igual o todavía más importante será el hecho de asegurar un buen rendimiento en los extremos y la mediapunta, posiciones que han marcado la diferencia entre una primera vuelta de un Lugo de play-off y una segunda vuelta de un Lugo de mitad de tabla hacia abajo, siendo especialmente sangrante la salida de Alfonso Pedraza, pero también el bajón de rendimiento de Antonio Campillo o la incomparecencia de Iriome.

A día de hoy, los futbolistas con los que cuenta la entidad rojiblanca para esas demarcaciones son: Iriome, Adrià Carmona, Antonio Campillo, Yelko Pino y Fede Vico. En el caso del primero, no hacen falta explicaciones. Casi un lucense más, futbolista bregador, profundo, sin demasiado desborde, pero siempre una posibilidad a la hora de salir en largo, tanto buscando su cabeza como una prolongación previa y después su velocidad al espacio; sin embargo, deberá aumentar sus prestaciones y sobre todo sus cifras goleadoras si quiere mantener la titularidad, y él mismo lo ha reconocido. En cuanto a Adrià Carmona, de momento, hay más incógnitas que certezas. Nos generó buenas expectativas, y lo poco que le pudimos ver sobre el césped no defraudó, aunque tampoco defraudó a la fama de jugador de cristal que lo acompaña desde antes incluso de llegar al profesionalismo. Futbolista eléctrico con mucho desborde y buen cambio de ritmo, buena solución para cualquiera de las dos bandas siempre y cuando las lesiones le respeten.

A Antonio Campillo, sin embargo, no se puede decir que no le hayamos visto lo suficiente como para conocerle bien. Dos temporadas lleva aquí, y dos temporadas ha ocupado la mediapunta sin concesiones. Empezó muy bien el curso pasado, con una enorme cuota de gol, pero según pasaron los meses su rendimiento también se fue diluyendo. A pesar de que nos dejó actuaciones memorables, como la de Sevilla, personalmente opino que debería replantearse el atrasar unos metros su posición y encauzar su continuidad en el partido y visión de juego más como un organizador que como un segundo punta, posición para la que le falta bastante gol y esa chispa de genio que con un pase es capaz de convertir una llegada al ataque en una ocasión clara de gol. Chispa que, sin embargo, sí posee Yelko Pino, una de las noticias más positivas de este final de temporada. A pesar de que por noviembre o diciembre todos dábamos por perdido al vigués, “otro bala perdida”, lo cierto es que con trabajo se ha ido ganando poco a poco la confianza de Luis César y con ella cada vez más protagonismo en el equipo. Jugador un poco inconstante, de físico enclenque, pero con un genio endiablado en los metros finales. Ese caño inesperado, ese pase que no ves. La esencia del fútbol. Por si fuera poco, dejó un bonito gol en casa frente al Reus, prólogo de lo que está por llegar si se asienta como pieza fundamental durante una temporada completa.

Yelko Pino es uno de los favoritos de la afición.

Por último, y no por ello menos importante, está el caso de Fede Vico. Estaba sin equipo, llegó en noviembre y no pudo debutar hasta enero. Aterrizó con la intención de cubrir la lesión de Adrià Carmona, pero la inesperada baja de Pedraza le colocó en una tesitura muy complicada: fuera de su posición, y siempre bajo el yugo de la constante comparación con el rendimiento del futbolista del Villarreal, que evidentemente no pudo alcanzar. Sin embargo, basta con revisar su destacada trayectoria con las categorías inferiores de la selección española para darse cuenta de que Fede Vico es un futbolista de mucho talento. La circunstancia que seguramente explique mejor su mediocre segunda vuelta la encontraremos en que es probable que haya jugado fuera de posición. Siendo zurdo, para marcar diferencias en banda izquierda hay que contar con dos cualidades que el cordobés no posee: o bien tener una zancada y velocidad prodigiosas, capaces de superar rivales por pura potencia (caso Pedraza, por ejemplo), o bien manejar bastante bien las dos piernas, para tener posibilidad de salir regateando por ambos perfiles y de ese modo tener desconcertado al lateral rival, que nunca podrá intuir hacia qué lado lo intentarás driblar. Fede Vico, jugador de técnica depurada, algo de desborde en espacios reducidos pero poca velocidad, se adaptaría mucho mejor al rol de un mediapunta móvil con capacidad de caer a los costados para crear superioridades o partiendo desde la derecha a pierna cambiada y buscando la frontal del área, para lo que sería ideal tener un lateral derecho profundo capaz de abrir el campo para crear espacios y llegar a línea de fondo para centrar. Veremos qué planes reserva para él y para toda la segunda línea el hombre que se haga cargo del equipo, pues estamos viendo que mimbres no faltan, y sería cuestión de sacar el máximo partido a cada jugador, aunque tampoco es descartable que todavía estén por llegar uno o dos refuerzos más.

Donde seguro que llegarán refuerzos, y no deberían ser de mal nivel, es en la punta del ataque. Tras la esperada marcha de Brayan Perea, que se une a las no renovaciones de Joselu y Caballero, el retornado Mario Barco es el único inquilino de la posición de ariete. Después de una buena campaña en Somozas, el delantero salido de Lezama contaba con quedarse en Lugo el verano pasado, pero los planes de Emilio de Dios y Luis César le enviaron a Pontevedra, donde fue la absoluta referencia del equipo mientras las lesiones fueron respetuosas con él. Ahora, tras marcar muchas diferencias en Segunda B, llega al Anxo Carro con el hambre necesaria para convertirse en el delantero titular del equipo, pero también a sabiendas de que llegarán jugadores para competir con él, y que es probable que alguno lo haga fruto de un desembolso importante, por lo que no será fácil afianzarse en el puesto. De momento, los rumores ya han empezado a circular, así que no hay duda de que nos espera un verano muuuuy intenso.

Fotos de Xabi Piñeiro.

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