Scouting

Así es Adriá Carmona

por Ramón Rivas 24 julio, 2016
Tiempo de lectura: 3 minutos

No ahondaremos demasiado en el pasado futbolístico del de Igualada, porque en Lugoslavia estamos on fire, y ya lo hicimos aquí y aquí. Al igual que con Ignasi Miquel, nos importa más lo futbolístico, esto es: sus características como jugador y las variantes que pueda aportar a un Luis César Sampedro que lo trae de la mano y parece depositar una gran confianza en él. Evidentemente, era necesario un hombre de sus características (si no más) tras las bajas de David Ferreiro y Jonathan Pereira, que han dejado casi desiertos los flancos del Club Deportivo Lugo.

Adriá Carmona es, sin ningún lugar a la discusión, un futbolista de tres cuartos de campo. Específico, pero a la vez polivalente, ya que puede ocupar con grandes dosis de acierto tanto la mediapunta como ambos extremos. Esta situación, que es poco habitual en el fútbol, se da gracias a que el catalán posee una serie de cualidades y aptitudes que, si se enfocan bien y aparecen con regularidad, le harán un jugador absolutamente decisivo en una categoría tan igualada como lo es la Segunda División española.

En lo primero que uno piensa cuando uno ve jugar a Carmona es en su velocidad. Encarando, en situaciones de 1 vs 1, es realmente difícil de parar. Bajo centro de gravedad, potente tren inferior, agilidad de movimientos y un notable nivel técnico, son las cualidades que le hacen ser un regateador temible. Por ello, lo más lógico sería verlo actuando en banda, casi siempre a pierna natural, pues es dónde él aseguró sentirse más cómodo y también donde Luis César acostumbraba a colocarlo en Albacete.

Además, el catalán es todo corazón. Es muy agresivo en la presión y el robo, y no tiene problemas para implicarse en fase defensiva, realizando ayudas y buenas coberturas. En ese sentido, supone una gran ayuda y da mucha confianza al lateral de turno, que se siente bien protegido junto a un futbolista muy generoso y que abarca muchísimos metros de campo.

Los espacios reducidos son lo suyo. Tanto en posiciones centrales como escorado, se maneja con una facilidad asombrosa en este tipo de situaciones, para las que emplea todo género de artimañas. Caños, quiebros, ruletas, amagos y pisadas, y todo realizado a gran velocidad. Nunca duda, es atrevido, y siempre y cuando tenga el día, es de esos que ofrecen una gran cantidad de highlights.

Lo realmente bueno llega cuando compruebas que Adriá Carmona tiene buen pie y, muy importante, también es de los que piensa el fútbol. Rara vez se le nubla la vista cuando llega a zonas decisivas, y si la situación lo requiere, tiene una gran capacidad para filtrar pases en profundidad. En ese aspecto, es especialmente útil a la hora de descoser defensas posicionales, ya sea por su constante actividad de desmarques y cortes cuando no tiene el esférico o por su buena visión de juego cuando se encuentra en posesión de la pelota. Además, centra muy bien (cuánto lo necesitamos) y es un activo importantísimo en jugadas a balón parado, lo que le hace huír del paradigma clásico de extremo puro. Por último, a campo abierto y en contextos de contragolpe es todo un filón. Su potencia y conducción, con la bola cosida a su zurda, nos hacen recordar algunos flashes de dos genios que ni siquiera hace falta mencionar.

En el capítulo de carencias, es necesario señalar que le cuesta demasiado asentarse como titular indiscutible en un sistema concreto. Una cierta irregularidad, unida a ese sempiterno perfil de ‘revulsivo’ que acompaña a determinados futbolistas, hace que muchos entrenadores vean a Carmona más útil para contextos de necesidad en las segundas partes. Adicional y desgraciadamente, está marcado por una gran fragilidad física y muscular, que ha supuesto un lastre enorme a la hora de llegar a ser todo lo que un día, cuando brillaba con el Milan Primavera y las inferiores de la selección, parecía prometer. Finalmente, y teniendo en cuenta la cantidad de veces que es capaz de pisar área a lo largo de un partido, necesita aumentar sus registros goleadores. Aquí un servidor, a título personal, está realmente esperanzado y confía en que dando los pasos adecuados y en un plazo máximo de dos o tres temporadas, el niño nacido al fútbol en La Masía se pueda transformar en alguien capaz de marcar el rumbo de un equipo por sí solo. El tiempo dirá.

A continuación, un nuevo vídeo de producción propia que espero disfrutéis.

Imagen principal: CDLugo.com

Comparte:

Deja un comentario