El Lugo recibe esta tarde a la Llagostera (Anxo Carro, 18.30 horas). La campaña realizada por los catalanes en su estreno en Segunda sería el mejor espejo al que Milla y sus hombres podrían acudir para afrontar el curso.
Les toca ponerse guapos a Luis Milla y sus hombres porque hoy, en su estreno en el Anxo Carro, tienen la oportunidad de mirarse al espejo. El destino ha querido que el primer visitante en la nueva era lucensista sea una Llagostera que en una única temporada en la Liga Adelante demostró alguna cosa que debería serle útil al nuevo Lugo.
Los catalanes consiguieron en su primer año en Segunda lo que el Lugo no ha conseguido en tres. Competir durante 42 jornadas y soñar hasta la última fecha del campeonato con una plaza en la promoción de ascenso a Primera División. Y todo ello recién llegados a la categoría, con uno de los presupuestos más bajos de la misma y una de las plantillas más limitadas, y hasta sin un estadio en su propio municipio –se desplazaron a Palamós porque el Municipal de Llagostera no cumplía los requisitos necesarios para jugar en Segunda-. Es decir en unas condiciones no mejores que las que rodean al equipo que ahora preside Saqués.
Es cierto que el camino no fue fácil y que durante la primera vuelta muchos dieron por muerta a la UE Llagostera, sin embargo, no les faltó ambición ni ganas de competir y acabaron metiéndose en la zona medio-alta de la tabla para pensar en el ascenso hasta la última jornada. Tanto fue así que muchos se echaron las manos a la cabeza cuando los catalanes rescataron un punto del Anxo Carro en el tramo inicial de la campaña. “Hemos perdido dos puntos contra un equipo de Segunda B”, decían. Sin embargo el tiempo demostró que se habían perdido contra un equipo más cercano a la élite que a la categoría de bronce. No, por nombres, sino por conjunto y ambición.
La trayectoria de los azulgranas fue muy distinta a esa a la que los aficionados del Lugo de Quique Setién se habían acostumbrado: una salvación virtual temprana para después dejarse ir.
Sin De Coz, Jon García y Roberto
Ahora Milla, aunque con un nuevo Lugo y contra una nueva Llagostera, tiene una prueba de fuego en la puesta de largo en su nueva casa. La nueva escuadra rojiblanca no renuncia al dominio del balón, pero parece más predispuesta a las contras y a la presión; también cambiaron muchos nombres. Parecido el caso de la Llagostera, que apuesta por el mismo bloque y de nuevo liderado por Alsina, si bien se han reforzado en todas las líneas y con bastante tino. Su inicio no fue demasiado halagüeño, con derrota por 0-2 ante el Osasuna, pero todo apunta a que seguirá siendo un equipo férreo al que no será fácil hacer goles.
Es cierto que todavía es la segunda jornada, que el Lugo se presentará con ausencias que dañan su retaguardia (faltarán De Coz, Jon García y el meta Roberto) y que todavía faltan un par de fichajes más la incorporación de Joselu, pero el Lugo tiene la primera oportunidad de mirarse al espejo y decirse lo que quiere ser como ya esbozó en la visita al Tartiere. Así que Milla, ponlos guapos, porque ser capaz de competir desde la primera hasta la última fecha puede llevar a donde el equipo que esta tarde estará enfrente llegó el año pasado.
Posible once
