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Rock and roll rojiblanco

por Denís Iglesias 27 septiembre, 2014
Tiempo de lectura: 6 minutos

Dopamina, estrés, tensión y éxtasis. Estas son las cuatro fases por las que pasó el CD Lugo en una tarde que figurará en la historia de la entidad. La victoria por 4 – 3 frente a Osasuna será un partido que cualquiera de los 3.030 aficionados presentes en el Anxo Carro podrá contar a sus hijos. Ese día en que su equipo le dio la vuelta a un equipo con sabor a Primera División, un conjunto con las miras puestas en el regreso a la máxima categoría, que acabó sucumbiendo en el verde lucense.

Lugoslavia se ha caracterizado desde su fundación por ser un medio con conciencia crítica. Nunca se han escatimado palabras para señalar los defectos, siempre de manera constructiva. Pero tampoco se ahorrará tinta ni píxeles a la hora de elogiar las virtudes de un equipo humilde que escribe su biografía jornada tras jornada. Hasta la fecha, el aficionado rojiblanco había bailado a ritmo de pasodoble. Con mimo, sin prisas y esperando el redoble final. Pero en el partido de hoy, la ira del rock n’ roll más auténtico se desató en el feudo lucense.

Osasuna marcó tres goles, por lo que este no resultó un partido con visos de perfección. Eso fue lo de menos. Nunca los errores pintaron tan necesarios en un encuentro que pudo acabar con lágrimas en lugar de gozos. Los muchachos de Setién supieron rehacerse tras los acometidas navarras, y acabaron demostrando una capacidad inusitada pada la revancha. Este sábado el Lugo se puso primero el traje de faena para luego enfundarse el de gala, el de las grandes citas donde solo uno puede salir vivo.

Goles generan goles

El dulce final poco tiene que ver con el topetazo que Osasuna asestó nada más comenzar el partido. No había transcurrido un solo minuto de juego cuando el conjunto visitante hizo subir el primer de la tarde. De un plomazo, la imbatibilidad del Lugo había quedado inutilizada. Los rojillos venían de anotar, nada más y nada menos, que seis goles en casa frente al Mallorca. El Lugo presentaba un guarismo totalmente diferente. Su único tanto a favor dejaba entrever una difícil vuelta de tuerca.

Pero en esto del fútbol, las estadísticas valen hasta que se rompen. Dos minutos después del primer golpe adverso, Iago Díaz anotó el gol del empate. El canterano evitó que el Lugo pusiese la otra mejilla, como frente a la UD Las Palmas. A todo esto, algunos no habían tomado aún asiento en el Anxo Carro. Ante la inoperancia del marcador, los rezagados no tuvieron más remedio que preguntarle al vecino sobre este inusitado inicio.

La gran virtud del Lugo en este encuentro fue la de no dejarse dominar en ningún momento. Osasuna tiró de tradición en su disposición. Los locales no se amedrentaron frente a esta tesitura y mantuvieron muy alto su ritmo cardíaco. Ni en los momentos de tensión bajaron la cabeza. Ni siquiera cuando el colegiado comenzó a usar de poder de modo estrambótico.

El conjunto navarro pensó que con la pólvora era suficiente. Estiró líneas y se fue al ataque sin cuidar la zona de retaguardia. Entró duro, intentó imponer su mayor recorrido físico. El Lugo respondió con astucia, con un Álvaro Peña que actuó de conductor y con jugadores como Manu dando recitales de contención defensiva. Superada la media hora de juego, Lolo Plá tuvo en su cabeza el segundo del Lugo, pero el palo frustró su tentativa. El canterano pucelano intentó estar en todas. Su capacidad de entrega es cada vez mayor, pero al igual que sus homólogos peca de acierto. Aunque lo intenta bastante más.

La estrategia funcionó a la perfección

Y entonces vino la estrategia. El Lugo acostumbra a defender las jugadas a balón parado de modo bastante irregular. En ataque, su capacidad para materializar tantos es bastante limitada, pero este sábado tocó lección de pizarra. Así, en el minuto 39, David López puso un córner para Pavón, que el central no desaprovechó. Lolo I es un clásico rojiblanco. Para bien o para mal siempre ha estad ahí, y en los últimos tiempos, ante la ausencia de Víctor Marco, el robusto central se ha erigido en comandante.

Osasuna se revolvió y tres minutos después devolvió la igualada al marcador. Raoul Loé apareció libre de marca para anotar un empate psicológico antes del descanso. El tanto surgió luego de una mala cobertura defensiva del Lugo, y es que la victoria no fue un camino de rosas. Este jarro de agua fría pautó el descanso. Las sensaciones eran atípicas. Con dos goles a favor, resultaría insólito que los de Setién no fueran capaces de rascar algo en casa. Las miradas en la grada demostraban intranquilidad. El bien y el mal estaban a la misma distancia. Más cerca quedaba el miedo.

Todo sobre la mesa

No lo vio claro Setién tras la reanudación. El cántabro, un hombre que acostumbra a traer los cambios hechos de casa, movió ficha en el 66. Ferreiro dejó su lugar a Iriome y el Lugo ganó consistencia pero perdió proyección. Nada más ejecutarse el cambio, Nino, el hombre más en forma de Osasuna puso el 2 – 3. Este fue un tanto hiriente. El sistema nervioso del aficionado rojiblanco quebró de sopetón. Tras haber estado por delante en el marcador, un nuevo giro de efecto parecía improbable.

Nada más lejos de la realidad. Apoyados por un respetable que rozó la perfección, los lucenses se fueron a por el empate. En el 77’, un quiebro antológico de Dalmau acabó en empujón de Cadamuro. Vino entonces uno de esos instantes frenéticos del fútbol. En los que el árbitro se cruza miradas y gestos con el linier. Donde la tensión se desliza a la velocidad de la luz en ese hilo de tensión que ambos tejen. Tras varios segundos de indecisión, el juez de la contienda señaló el punto fatídico.

Acto seguido a este momento cuasi cinematográfico vino otro no menos peliculero. Los jugadores de Osasuna, incrédulos ante la decisión arbitral, montaron una escandalera de tintes dramáticos. Roces, sudor, empujones y una lesión. Ese fue el relato de un minuto propicio para una greguería que acabó con Lotiés pidiendo la entrada de las asistencia. El primer juicio médico indica que el francés sufre una rotura del tendón de Aquiles. Se desconoce si algún rival le hechizo, porque a primera y a última vista los roces entre los jugadores no pasaron de ahí.

A Manu le importó bien poco esta polémica. El capitán del Lugo no falló desde los once metros y puso el 3 – 3 en el marcador. Corría el minuto 82. Las espaldas estaban en todo lo alto. Surgió entonces un importante dilema. Conservar el empate frente todo un Osasuna o hacer un all-in por todo lo alto? El destino barajó las cartas y Borja Gómez sacó la mano ganadora. El 4 – 3 volvió a llegar en forma de saque de esquina. El central se estrenó como goleador luego de toque de Plá que dejó con todo de cara al jugador cedido por el Granada.

El gol dejó totalmente noqueado al equipo visitante. Los pupilos de Jan Urban fueron incapaces de reponerse ante el cuarto tanto del Lugo, el Octavio que suman en dos partidos. Setién puso un punto más de templanza y dio entrada a De Coz, quien sustituyó a un ejemplar Dalmau.

Estos tres puntos dejan al Lugo momentáneamente en la décima plaza. Superan a Osasuna en la clasificación y tienen el golaveraje en – 1. Las cuentas comienzan a mejorar. Esta fue una victoria para generar afición, para recompensar el esfuerzo de los 3.030 aficionados que se desplazaron al Anxo Carro y evitaron poner excusas de horarios u otros compromisos. El equipo de la ciudad amurallada descubrió su lado más salvaje frente a un gigante atolondrado. Demostró que incuba talento, a la vez que infunde respeto si es capaz de abandonar su papel de cenicienta, un traje trasnochado que ya debe quedar en el armario tras tres temporadas en la élite.

Ficha técnica

CD LUGO 4: José Juan; Dalmau (De Coz, min.86), Pavón, Borja Gómez, Manu; Álvaro Peña (Luis Fernández, min.73), Seoane; David Ferreiro (Iriome, min.61), David López, Iago Díaz; y Lolo Plá.

CA OSASUNA: Riesgo; Javier Flaño, Loties (David García, min.84), Miguel Flaño, Cadamuro; Raoul Loé, Nekounam; De Las Cuevas (Maikel, min.71), Torres, Cedrick (Kodro, min.71); y Nino.

Marcador: 0-1, min.2: Nino. 1-1, min.4: Iago Díaz. 2-1, min.39: Pavón. 2-2, min.42: Loé. 2-3, min.68: Nino. 3-3, min.82: Manu, de penalti. 4-3, min.88: Borja Gómez.

Árbitro: De la Fuente Ramos (colegio castellano-leonés). Amonestó a los visitantes Cadamuro (min.20), Nino (min.77), Miguel Flaño (min.77) y Javier Flaño (min.83); y a los locales David Ferreiro (min.21), Álvaro Peña (min.42), Pavón (min.52).

Incidencias: partido correspondiente a la sexta jornada en la Liga Adelante. Disputado en el Anxo Carro. 3.030 espectadores.

PD: vimos calentar a Aganzo, pero se quedó en eso, en un calentón.

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